La orden cluniacense se funda por Guillermo el Piadoso, duque de Aquitania, en el año 909 al promover la construcción de una abadía y el establecimiento de una comunidad monástica en la ciudad borgoñona de Cluny.
La orden cluniacense reformó completamente la vida de las comunidades de monjes y se extiende por toda Europa transformando los territorios y la estructura de la sociedad, crea el primer gran estilo medieval europeo con una estética común y establece una nueva liturgia. Su máxima expansión se produce en el siglo XII con más de mil ochocientos sitios cluniacenses repartidos por toda Europa occidental. De su labor quedan importantes creaciones arquitectónicas – monasterios, iglesias, villas -, pictóricas, escultóricas y musicales, y también paisajes, sistemas de cultivo como el
Para el reconocimiento de este papel histórico se crea la Federación Europea de los Sitios Cluniacenses que propone desde 1994 el turismo cultural por estos enclaves medievales. Su labor fuer recocida en el año 2005 con el reconocimiento como “Itinerario Cultural del Consejo de Europa”.
A la red de monasterios cluniaceses se han incorporado diversos centros de Francia, Alemania, Italia, Suiza, Reino Unido y España. En Castilla y León se han integrado los siguientes monumentos y centros monásticos: San Martín de Frómista, Monasterio de San Salvador en Nogal de las Huertas, Monasterio de San Isidro en Dueñas, Monasterio de San Zoilo en Carrión de los Condes y Monasterio de San Facundo y San Primitivo en Sahagún. Lugares asentados a la vera del Camino de Santiago con una gran importancia cultural, social y económica a lo largo de todo la Edad Media y la Edad Moderna. Son hitos relevantes de la creación románica, situados en puntos territoriales estratégicos, escenarios de una intensa y facinante trayectoria histórica.