Los valles pasiegos, en el extremo noroccidental de la provincia de Burgos, constituyen un paisaje de alto valor cultural y ambiental, resultado dinámico de un modo de vida que ha evolucionado a lo largo del tiempo, y que se caracteriza por la adaptación combinada de la cría vacuna con un sistema de optimización de los pastos basado en la explotación sucesiva de fincas situadas a diferentes alturas, y entre las que se producía un traslado de la unidad familiar-productiva a lo largo del año (trasterminancia).
Este modo de vida de los pasiegos, en el que el ganado vacuno constituía el pilar fundamental de sus recursos y economía, ha evolucionado en las últimas décadas, por los cambios en las explotaciones ganaderas y por la ocupación del espacio por nuevos pobladores no dedicados a la ganadería, con la consiguiente repercusión en el paisaje.
Para establecer pautas que hagan viable y sostenible la preservación de este paisaje cultural se ha promovido un primer estudio por un equipo de profesionales que valoren sus cualidades y elaboren propuestas de cara al futuro.