Los Planes Nacionales de Patrimonio Cultural son instrumentos de gestión y programación sobre aspectos sectoriales o transversales del patrimonio elaborados y compartidos por los órganos de la Administración Central del Estado y de las Comunidades Autónomas, que pueden ser también asumidos por otras entidades públicas o privadas. Sus objetivos son el desarrollo de criterios y métodos, así como una programación coordinada de actividades, que incluye actuaciones de protección, conservación, intervención, investigación, documentación, formación y difusión.
La Junta de Castilla y León, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, forma parte del Consejo de Patrimonio Histórico que aprueba los Planes Nacionales y de las diferentes comisiones de elaboración y seguimiento de cada uno de estos documentos y sus acciones.