Patrimonio Cultural de Castilla y León
Patrimonio Cultural de Castilla y León
La intervención se han financiado en varias fases y ejercicios económicos por la Junta de Castilla y León y los fondos FEDER de la Unión Europea.
La Iglesia de San Miguel Arcángel fue declarada Bien de Interés Cultural en 1994.
Presenta tres naves de tipo salón, casi a la misma altura, separados por arcos de medio punto sobre pilares cruciformes y se cubre en la nave central con bóvedas barrocas del siglo XVII, de arista, y en las laterales con bóveda de cañón con lunetos, ambas ornamentadas con yeserías geométricas de muy poco resalte.
Desde la realización de las obras de restauración en las cubiertas de la iglesia, en 1997, los procesos de degradación en bóvedas y paramentos interiores han sido atajados. En 2009 la DGPC desarrolló estudios sobre los revestimientos interiores, armadura del presbiterio y los bienes culturales contenidos, así como calicatas de reconocimiento de suelos, paredes y bóveda del coro, que proporcionaron suficiente información para el desarrollo de los trabajos necesarios en el interior.
El conjunto de bienes que ornan el presbiterio de la iglesia están compuestos por una armadura mudéjar, el retablo mayor realizado en el primer cuarto del siglo XVI con tablas policromadas de Lorenzo de Ávila y pintura mural en arcos y pilares.
La armadura es ochavada de limas con decoración ataujerada con ruedas de lazo de nueve y doce. El almizate presenta dos elementos pinjantes de racimos de mocárabes. La policromía de los aliceres presenta representaciones vegetales a base de hojas carnosas y rosetas de ocho pétalos, diseño geométrico o decoración figurada de tipo renaciente.
El retablo, consagrado a la figura de San Miguel, de autoría de Lorenzo de Ávila, presenta un ensamble tardo gótico rematado con un guardapolvo con decoración renaciente. Es de planta recta compuesto por tablas policromadas rematadas por doseles.
En la calle central se colocó en 1667 un sagrario manifestador barroco y actualmente preside el retablo un manifestador de la segunda mitad del siglo XVIII.
La pintura mural completa la escenografía con una decoración vegetal. Las enjutas de los arcos se decoran con la representación de los cuatro evangelistas y su correspondiente símbolo.
La intervención realizada ha recuperado la ornamentación que caracteriza este espacio, conservando los tres bienes más significativos: la armadura, el retablo y las pinturas murales. Es importante destacar que se ha respetado escrupulosamente la imagen heredada, manteniendo todos los testimonios aportados en cada época y que han configurado el conjunto de este presbiterio tan completo y rotundo en su composición.
Los tratamientos realizados se han centrado en la limpieza de la armadura, tratando su estructura para conseguir su estabilidad y recuperando la ornamentación necesaria para para su comprensión y buena contemplación y la aplicación de un tratamiento anti xilófagos a todos los elemento de madera.
El retablo se ha desmontado y se han recuperado las molduras lineales y doseles para enmarcar convenientemente las tablas policromadas de Lorenzo de Ávila que se han fijado, limpiado y reintegrado cromáticamente.
Dentro de esta intervención sobre el retablo y, aprovechando la accesibilidad a las tablas al estar desmontadas, el CCRBC de Simancas ha realizado un estudio de reflectografía infrarroja a fin de poder aportar datos para la mejor documentación histórica de este conjunto de pinturas de gran interés de Lorenzo de Ávila.
En cuanto a la pintura mural, se han eliminado elementos espurios mediante procedimientos mecánicos sobre enlucidos sucesivos que ocultaban la pintura. Se ha consolidado y subsanado las deficiencias mecánicas de las técnicas pictóricas. En la reintegración polícroma destaca la recuperación del color del banco de apoyo del retablo por medio de una reinterpretación de los restos del zócalo aparecidos en la intervención.
