Las minas de oro de las Médulas son un excepcional ejemplo de la innovadora tecnología romana de explotación minera a cielo abierto.
Se encuentran al Oeste de León cerca del límite con Galicia. La zona está constituida por un conglomerado de cantos rodados y arenas o arcillas en el que el oro no se encuentra en filones o de forma masiva en la roca, por lo que era necesario procesar grandes cantidades de material para obtener el metal. El paisaje actual se muestra en forma de escarpadas paredes de arcilla, cuevas y túneles excavados, rodeado de bosques de castaños.
El momento de mayor apogeo de la explotación se dio en época de Trajano, a finales del siglo I y principios del II, y su declive comenzó en el 150 d. C., aunque no fue hasta los primeros años del siglo III d. C. cuando se produjo el abandono definitivo del yacimiento.
La importancia de Las Médulas radica en su escala, el número de vestigios y el grado de conservación del conjunto. Son un hito en la historiografía minera que dan muestra de la impresionante tecnología romana y de la transformación del territorio y de sus habitantes, que supuso un gran esfuerzo organizativo y son reflejo de la economía y sociedad del momento.