Los bienes culturales y naturales que tienen un valor universal excepcional reconocido por la UNESCO se inscriben en la lista del Patrimonio Mundial para promover su conocimiento y garantizar su protección y conservación. Este reconocimiento se realiza de acuerdo a lo establecido en la Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural, aprobada el 16 de noviembre de 1972 por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, ratificada por España y vigente en su ordenamiento jurídico desde 1982.
En conformidad con esta Convención y sus directrices operativas se han reconocido un conjunto de bienes culturales en Castilla y León como representativos de estos valores para la humanidad.