La Ciudad de Ávila es un ejemplo notable de ciudad fortificada de la Edad Media que ha conservado íntegramente su recinto amurallado, además de numerosos monumentos civiles y religiosos.
Está situada al Sur de la Comunidad, sobre una zona elevada que domina la orilla derecha del río Adaja. Sus primeros pobladores fueron vetones, en el siglo VII a.C., aunque fueron los romanos quienes definieron su estructura urbana. Tras el paso de la cultura árabe, fue reconquistada en 1085, momento a partir del cual se empieza a alzar la muralla. Comienza su auge en la época de los Reyes Católicos, a pesar del daño demográfico causado por la expulsión de los judíos y de los moriscos posteriormente. En el siglo XVI, Ávila es conocida por ser la cuna de Santa Teresa de Jesús.
La muralla, símbolo de la ciudad, es una de las mejor conservadas de España. Dentro del recinto amurallado destaca la catedral, la más antigua del gótico español, y numerosas edificios religiosos de gran valor, así como casas y palacios señoriales, que denotan el carácter místico-militar de la ciudad. Fuera del las murallas, destacan las cuatro iglesias románicas incluidas en la declaración: San Vicente, San Segundo, San Andrés y San Pedro.